sábado, 22 de mayo de 2010

Manuel Vilches


Hasta el 03.06.2010
©Manuel Vilches

La exposición “Luz oscura”, que se podrá visitar actualmente en ASTARTÉ, recoge la producción más reciente del artista extremeño Manuel Vilches, cuya inquietud central sigue indagando en la transformación del espacio a través de la luz y sus implicaciones en un sistema perceptivo que se tambalea ante sus juegos visuales.

La luz, sin oscuridad, no tiene sentido. ¿Podríamos decir entonces que la luz es un concepto relativo? Luz y sombras, verdad y engaño, claridad y tinieblas, presencia y ausencia, forma y color…

“luz oscura”. Esta sutil dualidad se convierte en protagonista del último trabajo de Vilches, conformando imágenes entre lo tangible y lo irreal. Aunque la luz y la oscuridad
de sus fotografías parecen ciertas, algo resulta inverosímil. Quizás sea la forma de aunar luz diurna y nocturna en una misma imagen la que nos confunde e inquieta desde el mismo momento en que nos dejamos guiar por la razón y no por los sentidos. Desde sus inicios, la producción artística de Vilches, ha mostrado siempre una preferencia por reflexionar acerca de unos conceptos binarios de oposición que, a través de sus imágenes, adquieren ambigüedad Este nuevo proyecto expositivo mantiene algunas de las constantes de trabajos anteriores como la instalación “La piel habitada” (2006) o la serie “Luz de piel” (2007), en las que se revelan las tensiones surgidas de confrontar la bidimensionalidad pictórica con la tercera dimensión inherente a la arquitectura. Estas situaciones conflictivas que cuestionan la viabilidad de la representación nos incomodan a la vez que provocan a nuestra mirada con el mejor de los reclamos, el de la curiosidad.

Para poder trabajar así la perspectiva, el volumen, la iluminación y el cromatismo de estas imágenes hace falta una destreza con el medio fotográfico que, sin duda, Vilches posee. Como viene siendo habitual en su producción, encontramos fotografías impresas en diferentes soportes como lienzo o papel, sobre las que interviene, ya sea pintando a mano o mediante retoque digital. Sin embargo, ahora más que nunca, su obra se modela con la luz. Esa es su materia prima, un elemento desde siempre atribuido a la pintura.

Y es que, aunque arquitectura, pintura y fotografía se hallen estrechamente conectadas entre sí dentro de su trabajo, ante tal contaminación de lenguajes él se considera ante todo pintor.

Y como todo pintor, el trampantojo, el camuflaje y la simulación son parte de su repertorio básico, que aplica sobre unos escenarios muyparticulares. La mayor parte de los espacios con los que trabaja de unos años a esta parte son edificios y construcciones inhabitables que suelen pertenecer a parajes marginales o industriales. Lugares abandonados por el hombre que parecen recuperar una energía vital arrolladora a partir del momento en que el artista los escoge y les proporciona aquella segunda oportunidad que los demás no les quisimos conceder nunca, transformando así espacios inertes en relatos poéticos que no dejan de ser por ello enigmáticos y silenciosos.

Hace tiempo que abandonó los paisajes naturales apacibles quese dejaban ver en alguna de susprimeras series y los sustituyó por estas construcciones deshumanizadas, pero sólo ahora aparecen en su obra fenómenos atmosféricosabruptos directamente extraídos de una tradición romántica profundamente atraída por una naturaleza destructora y cruel. La introducción en sus imágenes de ruinas, mares de hielo o derrumbes suponen una novedad que podría evocar la fuerza del destino o la fugacidad del tiempo, pero por encima de todo eso, en la producción de Vilches prevalece siempre el intento de abrir al máximo las posibilidades de interpretación de la obra a través del incómodo misterio que nos acompaña continuamente en su contemplación.

galeria astarté C/ Monte Esquinza 8 28010. Madrid.

1 comentario:

Adolfo Morales dijo...

Me encantan los sitios abandonados para hacer fotografías, son como el vino reposado en barricas.