Curso monográfico a cargo de Carmelo Vega
02/12/2008 - 04/12/2008
Tras la segunda guerra Mundial, España se consolidó como destino turístico privilegiado con una oferta muy diversificada (cultura, historia, naturaleza, gastronomía, sol y playa). Los intentos de generar una auténtica industria del turismo condujo el país a asumir también una política de promoción oficial, a través de varias campañas — impulsadas primero por la dirección general de turismo (desde 1939) y, más adelante, por la subsecretaría de turismo, del Ministerio de Información y turismo (1951-1977) — bajo lemas como «Bellezas de España» o «España es diferente».
La aportación de la fotografía en este contexto no ha sido suficientemente valorada, ya que no se ha estudiado en profundidad de qué manera intervinieron los fotógrafos para consolidar o renovar una tradición iconográfica sustentada, sobre todo, en la literatura de viajes y en las láminas y fotografías del siglo XIX. Tampoco se ha investigado de qué forma contribuyeron a proyectar una imagen «diferente» de nuestro país desde una perspectiva turística, ni se ha hecho una lectura específica desde la fotografía sobre los distintos programas turísticos institucionales. Asimismo, no se ha valorado aún la labor de impulso y apoyo al turismo y a la fotografía en España, que llevaron a cabo, entre otras, empresas editoriales como destino, Noguer y Clave.
La fotografía fue, sin duda, uno de los mejores instrumentos para hacer llegar al público la imagen de los debates turísticos dominantes en aquella época. y no porque los fotógrafos tuvieran que adaptar o subordinar sus discursos a las exigencias de la industria turística, sino porque buena parte de esos fotógrafos pertenecían a una generación que aún veía la fotografía como medio para mostrar la belleza de la realidad. así, si la propaganda turística demandaba mostrar España como un catálogo de «bellezas» complacientes, los fotógrafos suministraban un arsenal de imágenes que documentaban la realidad fotográfica de las «bellezas de España». Como afirmaba Francesc Català-Roca, «el fotógrafo tiene que ver la realidad, pero también tiene que saber verla convertida en fotografía».
Las necesidades que tenía la incipiente industria turística de dotarse de un repertorio actualizado de imágenes sobre España, permitió que muchos fotógrafos, tanto nacionales (José ortiz Echagüe, Kindel, Francesc Català-Roca, Ramón Dimas, Francisco Ontañón y Antoni Campañá) como extranjeros (Arielli, Josip Ciganovic y Nicolás Muller, este último de origen húngaro, pero establecido en Madrid desde 1948), dedicaran una parte importante de su tiempo a realizar reportajes pensados para ser publicados en postales, carteles y folletos publicitarios y en libros relacionados con el turismo.
La aportación de la fotografía en este contexto no ha sido suficientemente valorada, ya que no se ha estudiado en profundidad de qué manera intervinieron los fotógrafos para consolidar o renovar una tradición iconográfica sustentada, sobre todo, en la literatura de viajes y en las láminas y fotografías del siglo XIX. Tampoco se ha investigado de qué forma contribuyeron a proyectar una imagen «diferente» de nuestro país desde una perspectiva turística, ni se ha hecho una lectura específica desde la fotografía sobre los distintos programas turísticos institucionales. Asimismo, no se ha valorado aún la labor de impulso y apoyo al turismo y a la fotografía en España, que llevaron a cabo, entre otras, empresas editoriales como destino, Noguer y Clave.
La fotografía fue, sin duda, uno de los mejores instrumentos para hacer llegar al público la imagen de los debates turísticos dominantes en aquella época. y no porque los fotógrafos tuvieran que adaptar o subordinar sus discursos a las exigencias de la industria turística, sino porque buena parte de esos fotógrafos pertenecían a una generación que aún veía la fotografía como medio para mostrar la belleza de la realidad. así, si la propaganda turística demandaba mostrar España como un catálogo de «bellezas» complacientes, los fotógrafos suministraban un arsenal de imágenes que documentaban la realidad fotográfica de las «bellezas de España». Como afirmaba Francesc Català-Roca, «el fotógrafo tiene que ver la realidad, pero también tiene que saber verla convertida en fotografía».
Las necesidades que tenía la incipiente industria turística de dotarse de un repertorio actualizado de imágenes sobre España, permitió que muchos fotógrafos, tanto nacionales (José ortiz Echagüe, Kindel, Francesc Català-Roca, Ramón Dimas, Francisco Ontañón y Antoni Campañá) como extranjeros (Arielli, Josip Ciganovic y Nicolás Muller, este último de origen húngaro, pero establecido en Madrid desde 1948), dedicaran una parte importante de su tiempo a realizar reportajes pensados para ser publicados en postales, carteles y folletos publicitarios y en libros relacionados con el turismo.
| Programa | |||||||
| 2, 3 y 4 de diciembre, de 18.30 a 21.30 h 2 de diciembre Introducción España como escenario del viaje en el siglo XIX: «color local», tópicos y tipos. La estela de ortiz Echagüe. La fotografía y la construcción de una imagen (turística) de España. 3 de diciembre «Conozca Ud. España» El papel de las instituciones oficiales: el Ministerio de Información y Turismo. Antecedentes, objetivos y propuestas. Hacia una imagen (fotográfica) oficial de España. Campañas de promoción turística. Carteles y folletos. Editoriales y proyectos fotográficos. España como postal turística. 4 de diciembre Documentar el turismo, fotografiar la realidad Mostrando lo diferente: Francesc Català-Roca, Nicolás Muller, Ramón Dimas. Buscando lo diferente: fotógrafos extranjeros y turismo en España. Las huellas del turista. Carmelo Vega es historiador de la fotografía, comisario de exposiciones y profesor titular del departamento de Historia del arte de la universidad de La Laguna. Esta actividad de formación está reconocida por la resolución de 30 de septiembre del 2008 del director general de Innovación del Departament d’Educació. Para obtener el certificado es necesario completar el programa con trabajo individual y visitas guiadas a la exposición Archivo universal. La condición del documento y la utopía fotográfica moderna.
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