Del 28 de noviembre de 2008 al 23 de marzo de 2009
La casa de exposiciones Martin-Gropius-Bau dedicará una gran retrospectiva al reportero gráfico alemán Robert Lebeck, que trabajó para las revistas Revue, Kristall y Stern y fue además redactor jefe de GEO. Se dio a conocer por primera vez en 1960 con su reportaje "Africa año cero". La imagen de un joven africano arrebatando el sable al Rey Balduino durante las celebraciones por la independencia del Congo, dio la vuelta al mundo y es hasta la fecha su "tarjeta de visita".
Nacido en 1929, Robert Lebeck pertenece a la generación de alemanes que marcharon al frente todavía adolescentes. En 1944 fue llamado a filas por la wehrmacht y destacado al Frente del Este, donde cayó prisionero en 1945. Siendo aún quinceañero conoció la angustia mortal y descubrió la voluntad de vivir que anidaba en él al enfrentar con una ametralladora a los tanques rusos que se abalanzaban sobre él.
Escapó a la muerte pero no al hundimiento y la disolución de su mundo contemporáneo. Así lo reflejan sus fotos: en la callada tristeza que caracterizan muchas de ellas, en su escepticismo frente a todas las apariencias, en su íntimo distanciamiento respecto a las personas que retrata con rasgos tan cercanos y nítidos.
Corría el año 1952. A los cuatro meses de emprender su carrera de fotógrafo aparecía su primera foto en la portada de un periódico: la imagen de Konrad Adenauer en el "Rhein-Neckar-Zeitung" de Heidelberg. Lebeck tenía 23 años de edad. Sus motivos eran múltiples, entre ellos bodas, partidos de fútbol, carnavales, niños, prostitutas, alcaldes, clubes de jazz, estudiantes e inválidos.
La coherencia interior de la imagen ha sido siempre el imperativo supremo y la razón del éxito de la obra de Lebeck. La fama súbita le llegó pocos años después, cuando realizaba una gira de tres meses por el continente africano destacado por el quincenario hamburgués "Kristall". Por fin se veía tras la pista de "Los misterios del infierno verde", la obra de Hermann Trimborn que había excitado su imaginación de adolescente. La realidad, sin embargo, era bien distinta. Africa era un infierno político. Era el año en que las potencias europeas otorgaban la independencia a sus ex colonias. En Leopoldville se había congregado la prensa mundial para cubrir las ceremonias de independencia del Congo Belga, el país más vasto del África Negra. El Rey Balduino de Bélgica desfilaba por la ciudad de pie en un coche descubierto. De improviso, un africano le arrebató el sable y huyó a la carrera blandiendo triunfante el arma conquistada. Lebeck tomó entonces la Foto del Año, que simbolizaba el ocaso del poder del hombre blanco y la sangrienta vorágine en la que no tardaría en sumirse el Congo.
"Sin el factor suerte no se llega a nada", dice Lebeck comentando aquel episodio. La suerte, en efecto, le ha sido siempre fiel con una constancia casi sobrenatural. ¿Suerte y nada más? La respuesta la conoce él mejor que nadie. El oficio y el arte del fotógrafo implica una actitud alerta especial que nade tiene que ver con esa agitación frenética que Fellini caricaturizó con tanto acierto en la figura del paparazzo. La actitud alerta de un buen reportero es sigilosa y discreta. "El instante decisivo" nunca supera las fracciones de segundo. La fotografía, inclusive la fotografía de prensa puede ser patética, bruta, obscena o sentimental. La fotografía de Lebeck no es ninguna de esas cosas. Es de una sobriedad desconcertante. Sus imágenes tienen siempre algo de la mirada diseccionante de un cirujano. Algunos pueden percibir en ellas frialdad; en efecto, su manera impasible de ver las cosas y las gentes resulta en ocasiones provocativa. Pero son justamente la frialdad, la indiferencia o el distanciamiento íntimo hacia el objeto y el acontecer los que hacen tan impactantes las obras fotográficas de Lebeck. El fotógrafo no ofrece respuestas ni intenta ofrecerlas. Deja simplemente que sus imágenes planteen interrogantes y algunas de ellas se graban en la memoria con rasgos indelebles.
No encontramos en Lebeck lo que se suelen llamar "sensaciones", salvo en casos excepcionales. Las sensaciones prefiere dejarlas en manos de otros. Toda su obra está signada por la ironía sutil de un hombre que conoce la última pieza del engranaje que, por eso mismo, le parece sugestivo. "No arméis tanto revuelo", parece decirnos mientras retrata el teatro del mundo.
Esta será la presentación más completa de fotografías de Robert Lebeck. El visitante podrá apreciar además reportajes impresos que dan una idea muy amplia del panorama de la prensa de posguerra. Al cumplir el artista los ochenta años (el 21 de marzo de 2009), trescientas de sus fotografías, publicadas e inéditas, recordarán los años de actividad (1955-2005) del ex reportero de Stern que fuera el primer fotógrafo galardonado con el Premio Henri Nannen por la obra de su vida en 2007 .
La exposición tendrá como comisaria a Gisela Kayser.
Martin-Gropius-Bau Berlin - Niederkirchnerstraße 7 | Ecke Stresemannstr. 110 - 10963 Berlin
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