lunes, 7 de diciembre de 2009

Julio Bittencourt


En el 911 de Prestes Maia Av., una de las mayores arterias situadas en el corazón de Sao Paulo, es un edificio gigante de dos bloques ocupado por el MSTC (Movimento Sem Teto do Centro) que se yergue reclamando atención. Dos bloques color ceniza, antaño considerados los edificios más vanguardistas de América Latina, con más de 360 ventanas y donde más de 460 familias han estado viviendo desde el 3 de noviembre de 2002.

La ocupación de este edificio es algo excepcional y puede sentar un precedente en la reciente historia de Brasil, que se ha visto marcada por las invasiones de granjas y terrenos de grupos industriales promovidos por el MST (Movimento dos Trabalhadores sem Terra), vinculado a Via
Campesina.

La Via Campesina, un movimiento internacional que coordina organizaciones laborales, pequeños y medianos productores, mujeres campesinas, comunidades aborígenes, personas sin tierra, trabajadores jóvenes y agrícolas, está formada por 135 organizaciones de 56 países de Asia, África, Europa y el continente americano.

Hace menos de un año, cientos de mujeres relacionadas con el MST y Via Campesina invadieron ydestruyeron un laboratorio que había estado en construcción durante más de 20 años para la investigación de Aracruz Celulose, una de las mayores papeleras del mundo.

En contraste con los movimientos cuyo objetivo es la reforma agraria en Brasil, las invasiones urbanas son poco frecuentes y especialmente pacíficas, en parte por el reconocimiento del propio gobierno, consciente de la carencia existente en materia de vivienda y de la falta de ingresos sufrida por una gran parte de la sociedad brasileña.

En el caso de Prestes Maia 911, las familias fueron capaces de mantener un sano diálogo con las autoridades municipales de Sao Paulo durante más de cuatro años.

Sin embargo, desde que se ha "asentado" la nueva gestión municipal, han hecho de la revitalización del centro urbano su estandarte, ocupando el viejo centro con cientos de policías e inspectores y arrebatando las propiedades a 750 familias con vistas a dar cabida a un nuevo distrito llamado Nova Luz.

Forzados a abandonar el lugar que estas personas habían aprendido a llamar hogar, más de 1.200 personas que habitaron este edificio viven día tras día una delicada situación con unas perspectivas de futuro muy poco halagüeñas.

El fotógrafo

Julio Bittencourt es brasileño y nació en 1980. Su trabajo se ha expuesto en galerías y museos de
todo el mundo y sus fotografías han sido publicadas en GEO, National Geographic, Stern, Le Monde, The Guardian, Esquire, Leica World Magazine, Photo, entre otras.

Julio ha sido ganador en 2007 del Premio Leica Oskar Barnack.

BARCELONA. FNAC DIAGONAL MAR
(Avda. Diagonal, 35). DESDE UNA VENTANA DEL EDIFICIO PRESTES MAIA 911
www.clubcultura.com

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