viernes, 9 de abril de 2010

Adriana Lestido

Madres e hijas

Hasta el 27/04/2010

©®Adriana Lestido

La mirada atrapa como mariposas fotografías de lo que no se ve, de lo que se calla. Cazadora furtiva, retiene de a uno los instantes invisibles del vínculo madre-hija. Esos hilos que tejen la trama de lo cotidiano y su angustia. En “Amores difíciles” la fotógrafa Adriana Lestido busca sus propios rastros en esos rasgos que capta y se dibujan para todas las mujeres, los gestos repetidos que nos convierten sólo en madres, sólo en hijas, mujeres nacidas de una mujer que nos expulsa: el amor y el desamparo.

Después de dos ensayos sobre la maternidad en riesgo –Madres adolescentes y Mujeres presas con sus hijos– Lestido se anima a mirar ese vínculo sin distracciones. Durante tres años fotografió a cuatro madres y a sus hijas en sus actividades más íntimas. Mujeres que caminan juntas por la vida, sin hombres en la familia. Adriana observa a las madres con ojos de hija. Elige el lugar donde las preguntas son lícitas y ella también quiere saber. Por qué nos dejaste caer de tu panza, mamá. Por qué estamos solos. Justo ahora, cuando hay que vivir.

Adriana empezó a sacar fotos un año después de que su primer marido desapareciera, en 1978. Entre sus primeras imágenes está la única fotografía que tomó de su madre. Después de su muerte comenzaron los trabajos sobre la maternidad, quizás para recuperar la emoción de esos vínculos que borró cuando quiso callar el dolor de perderlos.

“Amores difíciles” es un relato del largo aprendizaje de la separación. Eso que nos sucede cíclicamente a lo largo de la vida. Aunque las cuatro parejas de madres e hijas tienen pocas cosas en común, Adriana describe los encuentros –y cada anécdota de su vida– como si esovillara un telar gigante que va construyendo el entramado de su experiencia. Ningún hilo se cruza de casualidad, hay un diseño para el mundo y ella sólo lo atrapa con su cámara y lo fija. Por eso puede relatar con el único asombro de quien constata que el mundo sigue girando.

Ninguna de las protagonistas de estas historias –que son la misma– permanecieron igual después de dejarse atravesar por el dardo de la mirada. Ya es bastante difícil encontrarse en el espejo algunas mañanas como para que además esa imagen sobreviva al instante y al tiempo. Madres e hijas se vieron como se ven, capturadas en una imagen que no endulza el deseo, ni el amor, ni el entendimiento. Desnudas en su angustia, en ese sentimiento contradictorio y prohibido para las madres abnegadas que sonríen en su día.

Madres e hijas. También como cuerpos sexuados que aprenden el erotismo en esas primeras caricias. Mujeres que aprenden entre ellas el meollo de su identidad. Esa es la intención de Lestido: mostrar, para comprender algo del misterio de esa relación, porque es así como ella aprendió a verse en el espejo de su madre, y es así como aprendió a amarla.

Marta Dillon.

Fotogalería a cielo abierto, Pablo de María y Rambla Wilson Parque Rodó, Montevideo, Uruguay

No hay comentarios: