“Detrás del gris”
Del 11 de abril al 27 de mayo
La primera imagen que vi de la obra de Amaya Hernández me dejó con la incertidumbre de estar ante un dibujo o una imagen generada en Photoshop. No fue hasta acceder a un grupo más amplio de su obra que pude entender una propuesta llena de sutilezas y que seguía el rumbo de muchas de las prácticas a las que hemos asistido en los últimos años en el mundo del arte, aportando un punto de vista novedoso. La obra de Amaya se teje en lo que pudiéramos definir como un crossover entre un estudio de arquitectura, el de un escultor y un fotógrafo en el sentido más amplio del término. La creación de pequeñas maquetas o espacios habitables con madera y escayola, que luego fotografía y repropone como lugares perdidos en nuestra imaginación, dan fe de ese viaje siempre tan anhelado y preciado al verdadero arte. Sus imágenes, que se regodean con el uso del blanco absoluto de la escayola,están provistas de una luz que parece acentuar esa proyección hacia un espacio “otro” solo reconocible en el paroxismo poético.
Una obra que nos lleva de la mano a visitar las propuestas ya hechas por Mariele Neudecker o Thomas Demand, pasando por los juegos fotográficos de un Chema Madoz, pero que deja claro que lo suyo es una propuesta que quiere descentrase de una realidad extra-racional de la arquitectura, de la ecología o la belleza de los paisajes nórdicos y aún más de la quinta esencia del juego de sorpresas de la fotografía, para adentrarse en un camino lleno de complejidades donde convencernos de que el arte está aquí para hacernos desconfiar de la realidad “real” y de que esos pequeños e íntimos mundos que de niños inventábamos son posibles... El no-lugar de nuestra imaginación como sustituto y vía de escape momentáneo de nuestro aburrido y colorido mundo real...
Carlos Garaicoa, Madrid, febrero 2008
EFTI
Fuenterrabía 4, 6 y 13 - Madrid
www.efti.es
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