Desde el 27 de mayo y hasta el 19 de julio
Heart of Gold es la tercera exposición individual de Félix Curto en la Fábrica Galería. Esta muestra, organizada dentro del Festival Off de PHotoEspaña 2008, está formada por un conjunto de 10 fotografías recientes realizadas por el artista en sus visitas a comunidades menonitas en América.
“Este trabajo sobre la comunidad menonita es como si fuese mi soundtrack particular, pero en imágenes. Sí, todavía existe algo puro, salvaje y auténtico que no es virtual y que toca la fibra del ser humano.” (Félix Curto).
Desde que Félix Curto (Salamanca, 1967) se estableciera en 1997 en México, la idea de viaje como experiencia iniciática, así como su reelaboración a partir del recuerdo, han estado íntimamente ligadas a su obra. Bien por medio de la fotografía, bien a partir de objetos que recoge y colecciona, Curto explora el aspecto poético y nostálgico de un pasado cercano.
Las comunidades menonitas en América se han dedicado a la labranza de la tierra y a vivir un estilo de vida sencillo, sin automóviles, electricidad ni otros progresos de la vida moderna. Todo ello es expresión de su entendimiento de la fe cristiana, que protege muy celosamente su privacidad, aislándoles del mundo. Actualmente existen comunidades menonitas en 82 países, superando el millón y medio de miembros. Los miembros de esta comunidad son, como afirma el artista, “gente buena, a todos ellos les une una fuerte base espiritual, de la cual no hablan pero se siente en cada momento. La vida en comunidad hace que el respeto y la ayuda entre ellos sea algo absolutamente normal y habitual. Son hombres y mujeres reservados pero que te abren su corazón si empatizan contigo.”
La filosofía de la no-violencia envuelve todo el ambiente de western que tienen las comunidades menonitas. Una vez más Curto nos demuestra que sus viajes no son los traslados del artista nómada post-global, ávido acumulador de millas en los programas del viajero frecuente, coleccionista de miniatura de hotel. Curto ha tratado en sus anteriores proyectos la intensidad del viaje físico y de sus repercusiones –igual o más intensas—en el imaginario; del momento en que un acorde, una visión, el propio acto de conducir en carreteras perdidas, nos transporta de un lugar a otro y nos ofrecen una revelación. En Heart of Gold se incluyen un conjunto de fotografías realizadas por el artista en sus visitas a comunidades menonitas en América. Un retrato de la serie fue galardonado el pasado año con el II Premio Internacional de Fotografía Contemporánea Pilar Citoler.
Los menonitas en México
La comunidad menonita ha sido recientemente tratada por el director Carlos Reygadas en la película Luz silenciosa, que desde la ficción se acercó al universo de una comunidad menonita en México.
La historia de la comunidad menonita se remonta al siglo XVI, en el que surge en Suiza la corriente protestante anabaptista, que basa sus principios en que el bautismo es para los adultos que así lo eligen libremente. Menno Simons (1496-1561), holandés de Frisia, codifica la doctrina incorporándole un pacifismo radical. Quienes siguen su camino son perseguidos sin cuartel por su antimilitarismo, de Holanda huyen a Prusia y de ahí a la Rusia de Catalina la Grande. La incesante necesidad europea de hacer la guerra lleva a una gran mayoría a Canadá donde fueron aceptados en 1873 y a EE. UU. donde desde 1683 había comunidades menonitas y amish. Tras la Primera Guerra Mundial el sentimiento antigermano en Canadá crece y se dificulta la enseñanza de las lenguas germánicas, por ello, muchos menonitas emigran al norte de México en 1922.
Hoy en día cerca de cien mil menonitas viven en México, donde tienen un sistema de educación propio y un régimen especial de libertades civiles. Quienes no están conformes con el desarrollo material emigran a Bolivia, a Belice o a otras partes de México, ahí establecen comunidades agrícolas tradicionales sin energía eléctrica, motores de combustión interna, teléfono o medios masivos de comunicación y con escaso contacto efectivo con los nativos.
Los menonitas mantienen posturas diferentes ante el progreso material. Hay grupos moderados que no se oponen al desarrollo y grupos que son más conservadores que eligen vivir de forma similar a como se vivía en el siglo XVI. Los menonitas hablan plautdietsch, dialecto germánico que proviene de Frisia y es cercano al holandés medieval y al flamenco, aunque con los habitantes de México hablan castellano.
1 comentario:
Muy interesante, muy a contracorriente, un valor que la fotografía nunca ha de perder.
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