Del 4 de junio al 25 de julio de 2008.
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Kim Manresa
De la exposición 'Ríos de Esperanza'
'Ríos de Esperanza'. Fotografías de Kim Manresa.
Gracias a mi trabajo como fotoperiodista, he tenido la suerte de poder viajar por todo el mundo y descubrir grandes maravillas, pero también grandes desgracias de nuestra sociedad: prostitución infantil, catástrofes, pandemias, pobreza y hambre extremas, guerras (con desplazados y refugiados), situaciones de injusticia y de vulneración de los derechos humanos.
Al recopilar las experiencias para publicar este libro sobre refugiados en Kosovo, Guatemala, Irak, Mali y Colombia, además de Palestina y la guerra de Irak, recuerdo tres anécdotas que me han marcado profundamente y me han enseñado que los niños en zonas de conflicto, aun habiendo perdido materialmente casi todo lo que tenían, nunca pierden la esperanza y, con su sonrisa, cultivan la imaginación, que les hace ser más creativos para poder tirar hacia adelante.
En Kosovo, un grupo de refugiados vivían al lado de una central nuclear. Sabían que en otros lugares del mundo hay personas que enmarcan sus fotografías y las guardan para el recuerdo. Ellos no tenían cámaras de fotos ni papel para revelar. Utilizando la imaginación, estos niños construyeron un enorme marco de fotos de cartón y ellos mismos se ponían dentro para que pudiera fotografiarlos y dejarles así un recuerdo.
En otro entorno, en la guerra de Irak, un padre irrumpió en el hospital con su hija de tres años. Yalaf Yabbar estaba jugando delante de su casa en un paisaje en ruinas cuando le explotó un artefacto y perdió una mano... Lo más sorprendente es cómo, unas horas más tarde, entre los llantos de su madre y la consternación de su padre, Yalaf recuperaba, con una simpática nariz roja, su sonrisa de niña.
En el sur de Argelia, un niño saharaui de doce años, Malainin, preguntó a una chica de la expedición de Payasos Sin Fronteras y Comediants si tenía un caramelo. "No", dijo ella. El niño insistió: "Entonces, ¿qué tienes?", convencido de que algo había de tener. "Una sonrisa", respondió ella, y el niño, ilusionado, "¿Dónde, dónde? ¡Que me la quiero poner!", dijo tocándose las mejillas con ambas manos, como si se la pudiera pegar en la cara.
En cada viaje, independientemente del destino, he podido comprobar cómo todo el mundo, pequeños y no tan pequeños, necesitamos compartir experiencias, perder la vergüenza y ponernos la nariz roja, hacer de la sonrisa una terapia, pues "la mejor expresión del ser humano es la sonrisa".
Con este trabajo he querido compartir las experiencias que he vivido de cerca y reclamar que no perdamos nunca la sonrisa, la sonrisa que todos tenemos dentro. Espero que algún día este bien tan valioso sea reconocido patrimonio de la humanidad.
Biografía
Kim Manresa (Barcelona, 1961) publicó sus primeras fotografías siendo muy joven, a principios de los setenta en distintas revistas de barrio de su ciudad natal.
En 1976 comienza a fotografiar la transición en los barrios de Barcelona y su transformación urbana y social, y, un año más tarde comienza sus primeros reportajes de viaje. Ese mismo año entra a trabajar en el estudio de la fotógrafa Colita y comienza a trabajar en el periódico Tele-Express.
Desde entonces ha realizado numerosos reportajes de temáticas diversas en diferentes regiones del mundo: en Euskadi sobre la protesta contra la Central Nuclear de Lemóniz (1978), en África sobre la Caravana de la Sal (1980), Cuba y el Caribe, donde realiza varios reportajes sobre la santería.En 1985 empieza a trabajar como corresponsal para La Vanguardia, cubriendo eventos como la Caída del Muro de Berlín o la Guerra del Golfo.
Desde 1998 realiza reportajes de denuncia social, como la prostitución en Brasil, las mujeres quemadas en Bangladesh, la malaria en África o la diversidad cultural en Europa.
Kim Manresa ha ganado los principales premios de fotoperiodismo en España y ha sido seleccionado como uno de los mejores fotógrafos europeos por la revista francesa Photo.
MADRID. FNAC PLAZA NORTE (San Sebastián de los Reyes)
www.clubcultura.com
De la exposición 'Ríos de Esperanza'
'Ríos de Esperanza'. Fotografías de Kim Manresa.
Gracias a mi trabajo como fotoperiodista, he tenido la suerte de poder viajar por todo el mundo y descubrir grandes maravillas, pero también grandes desgracias de nuestra sociedad: prostitución infantil, catástrofes, pandemias, pobreza y hambre extremas, guerras (con desplazados y refugiados), situaciones de injusticia y de vulneración de los derechos humanos.
Al recopilar las experiencias para publicar este libro sobre refugiados en Kosovo, Guatemala, Irak, Mali y Colombia, además de Palestina y la guerra de Irak, recuerdo tres anécdotas que me han marcado profundamente y me han enseñado que los niños en zonas de conflicto, aun habiendo perdido materialmente casi todo lo que tenían, nunca pierden la esperanza y, con su sonrisa, cultivan la imaginación, que les hace ser más creativos para poder tirar hacia adelante.
En Kosovo, un grupo de refugiados vivían al lado de una central nuclear. Sabían que en otros lugares del mundo hay personas que enmarcan sus fotografías y las guardan para el recuerdo. Ellos no tenían cámaras de fotos ni papel para revelar. Utilizando la imaginación, estos niños construyeron un enorme marco de fotos de cartón y ellos mismos se ponían dentro para que pudiera fotografiarlos y dejarles así un recuerdo.
En otro entorno, en la guerra de Irak, un padre irrumpió en el hospital con su hija de tres años. Yalaf Yabbar estaba jugando delante de su casa en un paisaje en ruinas cuando le explotó un artefacto y perdió una mano... Lo más sorprendente es cómo, unas horas más tarde, entre los llantos de su madre y la consternación de su padre, Yalaf recuperaba, con una simpática nariz roja, su sonrisa de niña.
En el sur de Argelia, un niño saharaui de doce años, Malainin, preguntó a una chica de la expedición de Payasos Sin Fronteras y Comediants si tenía un caramelo. "No", dijo ella. El niño insistió: "Entonces, ¿qué tienes?", convencido de que algo había de tener. "Una sonrisa", respondió ella, y el niño, ilusionado, "¿Dónde, dónde? ¡Que me la quiero poner!", dijo tocándose las mejillas con ambas manos, como si se la pudiera pegar en la cara.
En cada viaje, independientemente del destino, he podido comprobar cómo todo el mundo, pequeños y no tan pequeños, necesitamos compartir experiencias, perder la vergüenza y ponernos la nariz roja, hacer de la sonrisa una terapia, pues "la mejor expresión del ser humano es la sonrisa".
Con este trabajo he querido compartir las experiencias que he vivido de cerca y reclamar que no perdamos nunca la sonrisa, la sonrisa que todos tenemos dentro. Espero que algún día este bien tan valioso sea reconocido patrimonio de la humanidad.
Biografía
Kim Manresa (Barcelona, 1961) publicó sus primeras fotografías siendo muy joven, a principios de los setenta en distintas revistas de barrio de su ciudad natal.
En 1976 comienza a fotografiar la transición en los barrios de Barcelona y su transformación urbana y social, y, un año más tarde comienza sus primeros reportajes de viaje. Ese mismo año entra a trabajar en el estudio de la fotógrafa Colita y comienza a trabajar en el periódico Tele-Express.
Desde entonces ha realizado numerosos reportajes de temáticas diversas en diferentes regiones del mundo: en Euskadi sobre la protesta contra la Central Nuclear de Lemóniz (1978), en África sobre la Caravana de la Sal (1980), Cuba y el Caribe, donde realiza varios reportajes sobre la santería.En 1985 empieza a trabajar como corresponsal para La Vanguardia, cubriendo eventos como la Caída del Muro de Berlín o la Guerra del Golfo.
Desde 1998 realiza reportajes de denuncia social, como la prostitución en Brasil, las mujeres quemadas en Bangladesh, la malaria en África o la diversidad cultural en Europa.
Kim Manresa ha ganado los principales premios de fotoperiodismo en España y ha sido seleccionado como uno de los mejores fotógrafos europeos por la revista francesa Photo.
MADRID. FNAC PLAZA NORTE (San Sebastián de los Reyes)
www.clubcultura.com
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