domingo, 27 de julio de 2008

Carmela García

Constelación

Hasta el 7 de septiembre, 2008














©Carmela García

Constelación supone la continuidad a una larga trayectoria de la artista de indagación en torno al género y la identidad. En esta ocasión, Carmela García ha construido su trabajo sobre la base de una referencia espacio-temporal concreta: una ciudad, Paris; un lugar, la margen izquierda del Sena; y un tiempo, el periodo de entreguerras, las décadas de los años 20 y 30. Sobre este escenario ha rastreado, documentado y reconstruido un conjunto de personajes, de identidades singulares, que coincidieron en ese tiempo y en ese espacio y que a menudo convivieron y colaboraron entre sí: mujeres como Berenice Abbott, Gertrude Stein, Eileen Gray, Suzi Solydor, Janet Flaner, Telma Woods, Marie Laurencin, Claude Cahun, Suzanne Malherbe, Sylvia Beach, Adrienne Monnier, Tamara de Lempicka, Colette, Channa Orloff, Romaine Brooks, Djuna Barnes o Natalie Barney, entre otras, son la Constelación a la que hace referencia el título de esta exposición y las presencias que se filtran entre las obras que la componen.

Carmela García ha rastreado las vidas de estas mujeres, sus obras, la imagen y la carga simbólica de cada una de ellas, las relaciones que mantuvieron y los lugares que habitaron, y con todo ello ha re-construido la cartografía de una identidad colectiva. Un trabajo de restitución y actualización que remite en su conjunto a cuestiones fundamentales como la relación entre espacio, memoria e identidad, geografía y género, la representación y la autorepresentación del sujeto, la auto-percepción como forma de pensar y construir la identidad, o la relación entre identidad artística e identidad sexual.

Este proceso de búsqueda y reflexión sobre el que se asienta este proyecto se configura como punto de partida de la exposición. Un enorme collage, titulado Constelación ha sido trasladado desde el espacio de trabajo de la artista a las salas del MUSAC. En él se puede seguir el proceso de articulación del proyecto, las pistas seguidas y las abandonadas o no abordadas, las conexiones que se han ido estableciendo, las intuiciones, los lugares identificados sobre el plano de la ciudad de Paris…Es el cuaderno de notas de la artista desplegado sobre la pared, en el cual se puede ver el esbozo de una geografía y un imaginario que transita entre lo real y lo artístico, lo histórico y lo verosímil. Desde ahí el espectador puede proyectar o reconstruir la exposición, plantear su propio proceso o establecer sus propias conexiones.

A partir de esta pieza inaugural, la exposición desarrolla dos líneas que se entrecruzan e interrelacionan, y a través de las cuales se despliega una doble cartografía construida por el flujo continúo entre referentes documentales y artísticos de la época y un trabajo de reconfiguración de los mismos a través de la reconstrucción y la ficcionalización. Una cartografía espacial que revisita los lugares donde vivieron y crearon estas mujeres y una cartografía de la identidad que evoca y actualiza la imagen simbólica que ellas desarrollaron como personajes mediante un equilibrio entre representación y auto representación.

La serie de retratos I want to be… profundiza precisamente en ese juego entre representación y auto -representación. Tomando como base principal los retratos que realizó Berenice Abbott de muchas de estas mujeres, Carmela García los replantea actualizándolos, trayéndolos al presente y a nuestro cotidiano. La mirada de la artista sobre los personajes del pasado se superpone e intercambia con la mirada actual sobre otros personajes, generando así un cruce visual que nos habla de las posibilidades de construcción de la imagen de la mujer a través de identidades nuevas, imaginadas o representadas.

Otras dos piezas de la exposición aparecen estrechamente relacionadas con esta serie. Castingstar system el papel de los diferentes personajes históricos que ha tomado como base para este proyecto. En contraste y contraposición con I want to be…, aquí se pone de relieve el artificio en la fabricación de la imagen, el peso de lo fotogénico y el predominio de las convenciones en la representación del sujeto.

Un elemento de intersección entre estas dos propuestas es la obra Une fête dans le jardin, una extensa serie de dibujos que a modo de storyboard plantea una película muy diferente a la que podemos imaginar en Casting. Aquí la recreación del pasado se sitúa en la productiva frontera de lo verosímil, en la transformación de la fuente documental en una ficción verosímil y alternativa cargada de simbolismos y significados. Una reconstrucción subjetiva que evoca y atestigua su pertenencia al proceso de construcción de una subjetividad más compleja y amplia. Proceso de construcción en el que el grupo protagonista de este posible guión fue parte originaria y destacada.

Como conclusión y reflejo de lo que plantean estas tres obras se sitúa un Espejo intervenido por la artista, en el que sobre la superficie pulida aparecen inscritos los nombres de las mujeres abordadas en la exposición. El espejo es un elemento crucial y muy representativo en la estrategia de construcción de la identidad por su potencial simbólico y perturbador: en él aparece simbolizada la importancia de la auto-percepción y la subjetividad, la tensión entre reflejo y representación, entre imagen e identidad. Carmela García evoca el “espejo mágico” y el “espejo con memoria” de Claude Cahun y sintetiza así, en su reflejo, el juego de identidades y subjetividades subyacentes en el conjunto del proyecto.

La cartografía de los lugares antes mencionada tiene su desarrollado en Escenarios, una gran pieza, compuesta por una treinta de fotografías de diversos formatos que en su distribución espacial por la pared reconstruyen un mapa imaginario basado en la memoria. Lugares que están tratados en el conjunto como atmósferas de identidad y de cruce, de afirmación y de encuentro: domicilios, estudios, jardines, calles, librerías, brasseries y locales nocturnos. Un mapa que registra con la misma desnudez permanencias y desapariciones, que da cuenta sin afectación de la conversión de la librería de Adrienne Monnier “La maison des Amis des Livres” en una peluquería, o de la transformación del cabaret que abrió Suzi Solydor en un club de alterne, de la misma manera que fotografía el domicilio de Colette o el estudio perfectamente conservado de Channa Orloff. Las escasas placas o textos que rememoran la presencia de estas mujeres en esos lugares atestiguan también la monumentalización selectiva de la que han sido víctimas. Permanencias y desapariciones que construyen un campo de visibilidad para esa estrecha relación entre género y lugar, entre identidad y espacio. Estos Escenarios trazan un recorrido por la ciudad de Paris que se convierte automáticamente en una metáfora espacial de la identidad. La estrategia formal que envuelve estas fotografías tiene mucho que ver con el acto de re-fotografiar y re cartografiar, de volver sobre lugares que ya han sido registrados para subvertir, releer o redefinir los elementos materiales que los componen y los aspectos simbólicos que contienen. Las mujeres que habitaron y habitan estos escenarios con su presencia simbólica construyeron una estrecha relación entre sus vidas y sus universos creativos, tejieron un estrecho lazo entre la persona y el personaje como vehículo emancipatorio y de afirmación de una identidad. Un aspecto que aquí se traduce en imágenes mediante la alternancia de interiores y exteriores, del espacio público y del espacio privado, la esfera íntima y la esfera social, dos ámbitos tradicionalmente separados que consiguieron conciliar a través de sus elecciones y su modo de vida. De este modo, los escenarios vacíos de personajes de Carmela García son una forma de enunciar una ausencia, una topografía invisible, que emerge como memoria y símbolo.

De esa misma cuestión se hace cargo el video Bord de mer, un recorrido por la casa diseñada y construida por Eileen Gray que va transformando sus espacios en un paisaje interior con una cualidad poética y subjetiva que se ve reforzada por el continuado sonido del mar. El sonido del agua arrastrando las piedras y la luz que baña el interior de la casa son una presencia inalterada por el tiempo que contrasta con los materiales del edifico envejecidos por el paso de los años. El lugar y las estancias se dilatan por la evocación simultánea de presencia y ausencia para irse transformando progresivamente en paisaje de memoria.

Constelación es una exposición que se va construyendo como una meta-ficción: personajes, espacios, obras e identidades que se entrecruzan e interrelacionan a partir de materiales documentales, artísticos y de ficción. Que recorre el tránsito de la persona al personaje y los iconos biográficos que representan estas mujeres como iconos de una cuestión más amplia como es la identidad. Que representa los lugares y los escenarios como paisajes simbólicos y de memoria. Que aborda la ficcionalización de aquellos personajes y la posible ficcionalización de nosostros mismos como un proceso cargado de potencial transformador. Escenarios y personajes que en Constelación se configuran como verdaderas estilizaciones biográficas, como iconos biográficos y de identidad permanente actualizados.


Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León
Avenida de los Reyes Leoneses, 24
24008 León

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